martes, 6 de diciembre de 2016

(4)

Hola Diario: 


Siempre que salgo me pasa algo extraño... hoy fue más raro porqué después de 10 años una gitana me venció en el macheteo. 

Pasaba yo inocentemente por una calle del centro y una pobre gitana preñada estaba pidiendo plata eso me rompió el cucharón así que le di lo primero que encontré en mi bolsillo o sea $50. 

—Paisano gracía, ahora presteme tu mano para leérsela —dijo insistente dos veces con su acento gangoso y accedí.
—No tengo más plata —es la estrategia que he ocupado toda la vida antes de ser macheteado por las romanís y con lo que generalmente consigo que me lean la mano o las cartas sin pagar.
—No se preocupe si le voy a leer la mano porque usté tiene buen corazón ¡Debla María Jacobé!
—Ya bueno —dije sabiendo de ante mano que iba a querer más plata.
—Paisano la linea de la vida me dice que va tener una larga vida —me dio la risita nerviosa, pero me aguanté y deje que prosiguiera — A usté no lo quieren ver felí, usté no tiene problemas de salú y tampoco de plata, lo de usté es envidia, no lo quieren ver felí. 

En esa me arranca un pelo de la cabeza, me dice que lo sople y pida un deseo ( las circunstancias no estaban como para andar pidiendo deseos al voleo), luego indica que lo envuelva en un papel y que lo meta a mi billetera en el instante...como me sé todos sus trucos no temí que en sacarla delante de ella para que viera que tengo una billetera llena de papeles de super ocho doblados y boletas del almacén.

—Paisano abre la billetera y déjame meter el papel, es pa' que no te pase na' —tiró el cabello envuelto en una boleta dentro y al ver que esta más vacía que la guata del Chavo del ocho, me pidió ver los bolsillos del pantalón y accedí.
—¡Ve que no tengo nada! —reí sintiéndome victorioso, pero en esa me toca el bolsillo de mi jamón derecho y sonaron las monedas que estaban en el fondo.
—Saca las monea que tú tiene ahí.
—Ya, tome —dije vencido.
—Paisano confíe en mi, no la quiero pa' mi, son para que le vaya bien a usté, se las voy a devolver, sople y pida otro deseo.

Sople todas las veces que me dijo que lo hiciera como imbécil ya estaba a punto de decirle que parara el show para irme luego y que se quedara con las monedas de una, pero no alcancé y dijo: 
—¿Paisano me deja que me quede con su plata pa' prenderle una velita y rezar por usté?..Si no quiere se la devuelvo —y le pega un tremendo escupitajo a los $350 pesos que le pase.
—¡Sí quédeselo!, ¡por favor! —dije pensando en los trillones de Streptococcus sp. y Mycobacterium tuberculosis que recibiría de vuelta
—Gracia paisano, esto es por usté, chao. 

Y se alejó con la suma total de $400 pesos (ojalá los ocupe para alimentarse bien pues como dije estaba embarazada). Y yo me fui con un hechizo en mi billetera, sin mis monedas y ultrajado, pensando en la gran creatividad de esas mujeres pobres que hacen lo imposible para sobrevivir.
Así que ya sabes, si quieres quitarle algo a alguien aplica la técnica del Guanaco: sólo tira un buen escupitajo al objeto, te aseguro nadie nunca lo querrá de vuelta. 


Siempre tuyo Fepilito.

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