lunes, 12 de diciembre de 2016

(10)

Hi Diary 

Sentado en el patio de comidas del Mall, haciendo hora, comiendo con mucho dolor un helado, me puse a observar la naturaleza de las mesas que me rodeaban.

A mi derecha un puñado de gorditos púber y otros ya muy peludos jugando cartas Magic ñoñamente, yo pensaba que esas cosas ya no existían. Igual admirable que jueguen esas cartas tan complicadas con suerte sé jugar carioca. 

Al frente un par de amigos que parecian gemelos, los dos vestidos con camisa de mezclilla, pitillos negros y chupulinas blancas, ambos muy adolescentes. La unica diferencia entre ellos era que uno era moreno y el otro rubio. 

A mi izquierda un par de cabras chicas conversando, escolares, de unos 16 años aproximadamente. Hablaban tan fuerte y se reían tan falsamente que todos las miraban. Una de ellas era muy piola y pava, y la otra muy producida, su jumper no dejaba nada para la imaginación, a esta última la llamaré Conejita. 

De repente se acercó un pendejo que caminaba como muy macho pero era tan sobre actuado, así como Johnny Bravo que llegaba a dar risa. Ese tipo con movimientos tan varoniles era el pololo de la Conejita, lo supe porqué se saludaron de abrazo y beso en el hocico, se metieron la lengua tan profundamente que la mina seguramente quedó preñá ahí mismo mientras que a la amiga apenas la meó. Los que estaban jugando cartas y los gemelos miraron con asombro y asquito, y bueno yo también. Luego partieron el Johnny y la Conejita abrazados como los perritos cuando se reproducen y la amiga tocando el violín al lado (poooobre). 

Terminé de comer mi helado y caminé unos pasos, a lo lejos escuché gritos en un idioma misterioso y gangoso, a medida que me acercaba escuché más claramente, era romaní proferido por la Jacobé ( la gitana de la otra vez ), con un vestido verde que la hacia parecer un cebollín, ya no estaba embaraza y traía un niño mamandole la pechuga colgando como una araña sin nada de pudor por los pasillos, mientras caminaba rápido, alzaba los brazos con rabia y le gritaba al Branco (otro gitano).


—¡Que me pase la plata! —gritaba Jacobé.
—¡No sé na' yo! —respondía Branco. 

Caminaban y gritaban con furia, repitieron el texto como 20 veces y después se pusieron egoístas porqué comenzaron a pregonar en su idioma y nadie cachó qué pasó con la plata. 

Seguí recorriendo el lugar y después de dar muchas vueltas, me topé con el Johnny, la Conejita, y la Violinista sin tejado, ahora estaban comiendo helado en conito (barquillo). La Conejita se puso a mirar una vitrina, en esa la Violinista le pega una chupa' al helado de una forma muy porno mientras le lanzaba una miraba fulminante al Johnny... y el muy cochino le sonrió, le hizo 1313 y le guiñó el ojo. 

Quedó todo claro... par de cochinos.


Diario, ¿Por qué la gente es así?, ¿Es culpa de la sociedad hipersexualizada? 🤔

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