miércoles, 12 de julio de 2017

(37)

QD

Me bajé del micro a mitad de cuadra, en un barrio cerca de la universidad que tiene casitas viejas muy lindas porque parece un pueblito, iba por la acera con musgo muy resbaloso y a lo lejos vi que un par de señoras de avanzada empujando violentamente una abrir una puerta, estaban rodeadas de cajas y bolsas, había más gente caminando por el lugar pero yo era el único que iba en dirección a ellas... cuando me acerqué la señora más viejita piracoronamente, muy feliz me agarró del brazo:

–Justo necesitaba a un joven musculoso que me ayude, yo voy a girar la llave y tú me ayudarás a empujar.
–Bueno– dije sin protestar comenzamos a empujar la puerta entre los dos como no iba a ayudar si ya sabes que es horrible quedarse fuera de casa.
–Ay no pasa nada– y no pasó na' po. 
–A ver yo lo hago– dije seguro, y di vuelta la llave en la cerradura y empujé, la puerta  café de madera antigua abrió.
–Ay si necesitaba a un joven musculoso– agregó feliz la ancianita, mientras un poodle blanco aparecía desde dentro moviendo su colita – Gracias, joven.
–De nada, cuidese, que le vaya bien. 

Me alejé  sintiéndome como un súper héroe, mientras tosía y estornudaba compasivamente entre las calles llenas de plantas como si el mundo se fuese a acabar, ya tú saes, estaba con una gripe que me tenía más ardiente que toplero bailando una canción de Chayanne, por culpa de la fiebre que tenía. 

Fui a hacer mis consultas a la universidad que por dentro tiene la estética de una fabrica muy antigua, hice mis consultas y pa' variar me fue mal. Pero no me desanimé y fui a reflexionar sobre la vida en una plaza que queda a unas cuadras... la famosa y hermosísima plaza de los piluchos. La verdad es que no se cómo se llama ese lugar pero tiene muchas estatuas greco-romanas de gente pilucha, como que en la antigüedad no habían inventado el pudor y todos tenían cuerpos regios deberíamos ser todos así ahora, ¿no? 

Me senté entre la estatua de Antinoo (así se escribe) y Diana Amazona, la verdad no me senté sino que me eché como vaca en una muy linda banca de granito. Ya era la hora del crepúsculo, el cielo se veía hermoso con tonos naranjos y violetas, con nubes que que asemejaban al mar encrespado. 

–Oye hermano...¿tení papelillo?– preguntó un hombre muy adulto.
–No, no tengo. 

Y repetí el dialogo muchas veces porque como diez tipos más pasaron preguntando si tenía papelillos. Yo creo que por la gripe y mis ojos rojos tenía toda la pinta de bueno pal pito, pero no po, estaban todos equivocados. Aunque no consumo drogas recreativas de ningún tipo no me molesta que me pregunten si tengo papelillos porque igual me ha pasado varias veces en distintos lugares en distintas ciudades, y siempre me han preguntado en buena onda con respeto,  no me voy a escandalizar por eso, a mí no me importa que la gente consuma cosas, no estoy contra eso cada uno sabe que sustancias se echa al cuerpo, y en todo caso los que van a estar pal gato después van a ser ellos, no yo (xd).  

Estaba sentadito inocentemente apreciando el ambiente que estaba bellísimo, como para película, los arboles sin hojas y las estatuas desnudas y repentinamente escucho un dialogo a todo hocico: 

–Oye amiga...¿qué pusiste en esa pregunta de los aminoácidos?– preguntó toda urgida una mina rubia ojos azules. 
–No sé, hagamonos un pito mejor, yo traje yerba– miré pal lado  una morena con cara de flojera sacó yerba, papelillos y moledor. 
–¿Pero qué alternativa pusiste?– insistió, haciendo berrinche. 
–Compré condones para reponerselos a mi hermano, no vis amiga que el fin de semana saltó la liebre con el bailarín de la disco–  imprudentemente dijo a todo volumen con la diversidad a flor de piel un mino que buscaba en su mochila más hierba pa' echarle al pito. 
–Oye pero amigo tenias que estudiar el fin de semana, por eso después lloray que te va mal– agregó enojada la rubia que era la más aplicada. 

Al parecer les molestaba mi presencia por que me miraban de reojo a cada rato de forma no piola.  Se daban vuelta a mirar como los miraba y me hacían sentir súper incomodo.  Repentinamente llegó un niño en bicicleta, se acercó a la niña que estaba haciendo el cigarrillo, se presentó educadamente diciendo su nombre y preguntando amablemente si podía unirse a ellos ofreciéndoles a cambio aumentar con más hierba el humilde porro que se estaban armando, accedieron y comenzaron lo la encuesta típica cuando conoces a alguien nuevo. 

Yo estaba ahí mirando sapamente el procedimiento pero ahora los cuatro me miraban raro como para echarme y lo lograron, me fui a sentar en el banco de enfrente... estuve revisando mi celular, analizando el ruido ambiental,  observando la gente caminar, sintiendo el frío en mis mejillas todo muy romántico y repentinamente sentí el fulgor de la mirada del grupo que a cada rato me observaba fijo a los ojos no entendí si miraban porque les parecía conocido, si estaban asustados,  si era coquetería o mala onda, o quizá querían invitarme a compartir con ellos, me sentí tan incomodo que me  me fui a una juguetería que quedaba en frente cruzando la calle. 

Crucé a la mala entre los taxis, entre a mirar los juguetes que me parecieron aburridos, salí del lugar y me fijé que el grupo de cuatro jóvenes fumones había aumentado como a viente incluyendo a los que habían pasado más temprano pidiendo papelillos, tenían la  media cumbre de la macoña en la plaza de los piluchos, encontré graciosa la escena, partí sin observar más detalles. 

Cayó la noche, fui a tomar el micro para volver a casa, al subir  a la maquina me tropecé con la hormiga cabezona mala onda típica que le gusta ver como uno hace el ridículo. Le pagué al chofer mirando al suelo por la vergüenza porque escuchaba como todo el mundo se estaba riendo, avancé por toda la micro y me senté atrás en la soledad de la humillación. 

El recorrido comenzó, miré por la ventana y en el reflejo mi rostro ruborizado. El micro en el que me subí desvío el recorrido mucho antes de llegar a mi casa y no me di cuenta por ir ensimismado pensando sobre la vida, y ahí quedé en medio de la noche, afiebrado y perdido... 


Tuyo. 


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