lunes, 3 de julio de 2017

(35)

QD 


Como todas mis maletas fueron tratadas con mucho cariño en mis viajes anteriores tuve que usar una que no era mía, la única que encontré sin hoyos y vacía. Además era la única que no guardaba cosas dentro como regalos de navidad genéricos para personas entre 0 a 99,9 años o carteras acumuladas de días de la madre y cumpleaños feliz de muchos años. La maleta era color violeta sensual intenso pero no me importaba no soy de esos que se anda fijando en detalles, cualquier cosa servía si estaba apurado echándole la ropa más abriga apenas una hora antes de partir. Además de la maleta masculina, llevaba mi mochila azul de ojitos dormilones y una bolsa aún más masculina con estampado animal print de una maraca de carteras como con unos 5 kilos de galletas de todos los sabores y marcas del mercado nacional. 

Todo por la Estrogenada, no te había contado que fue desterrada y ahora estaba encargado de llevarle alimentos para su supervivencia por un grave delito que cometió...reprobar todos los ramos en la U... No, mentira, la muy traicionera ahora estudia otra cosa en una ciudad lejana. 

Me iba de pura suerte en el último asiento de las 22:20 en bus... ¡Queeeeeee pooooobre! Pero más pobre mi potito adolorido porque el viaje iba a ser largo, toda la noche. 

Apenas me subí al bus, busqué mi lugar, acomodé la bolsa de galletas en la parte superior donde se ponen las maletas de mano (no sé cómo se llama eso xd), suavecito, despacio, intentando no molerlas, al ojo llevaba como 50 lucas en biscuits que no se iban a transformar en polvo para hacer cocadas de ninguna manera.  

Sentadito me puse el cinturón, e intenté hacerme bolita mientras el bus se llenaba, detrás de mi se subió un caballero muy huaso estaba con un grupo de hombres que asumo que eran compañeros de trabajo, lo llamaban Jacinto, y todos hablaban muy fuerte, paré oreja a lo que hablaban porque se reían mucho y caché que todo lo que conversaba le traía el mismo recuerdo al huasito:

—Oiga Jacinto, ¿se acuerda cómo le poníamos los pernos al motor?— preguntaba un hombre en tono burlesco. 
—Sí pue mi eñore, como cuando le ponía la herradura mi potrillo— los compañeros crueles se reían del pobre Jacinto. 
—Oye Jacinto, tengo una pulga.
—Como la que tenía mi potrillo, allá en el campo— respondía muy animado.  

A mí me causaba gracia la forma de hablar de don Jacinto porque se escuchaba siempre muy feliz y alegre  pero no me causaba gracia que los otros se rieran a cada rato porque dudo que haya sido todo una actuación. 

Apenas unos minutos después de haber salido de la ciudad el bus paró en la nada misma. Se subió un PDI con un dogo de marca golden, hicieron un recorrido por el pasillo y se bajaron. La gente que iba para el lado del maletero del bus comenzó a mirar apasionadamente. «Algo pasa, se están demorando mucho» pensé preocupado. 

Comencé a ponerme nervioso y tuve un Flash Back, de apenas una hora atrás cuando mi mamá me pasaba un bolsa con condimentos para cocinar cosas ricas que eché en la maleta mientras le decía en broma "Ay, espero que no nos vayan a parar y piensen que esto es droga porque apuesto a que son esos condimentos bolivianos de la feria...  que quizá qué cosas le echan 😒". Ninguna mala onda con Bolivia, son todos geniales allá. 

Se subieron ahora más efectivos con ahora dos perros, el mismo dogo café claro y uno de otra marca de color café oscuro que se quedó pegado en el sector en el que iba sentado, yo cacho que atraído por el olor de las galletas que iba zampándome. «Traigo un contrabando de galletas y además quizá que droga en mi maleta, va a dar positivo para alcaloide de cacaína» pensé. 

Repentinamente un BPI sacó una linterna y comenzó a alumbrar las caras y todo matón dijo gritando:  "Vamos a revisar ticket por ticket, porque necesitamos ubicar al dueño de una maleta, así que sáquenlos, estamos buscando al número 8420". 

Busqué mi ticket y no lo encontraba na' po me estaba revisando los bolsillos desesperado, en eso me habla el caballero que iba sentado a mi lado: 

—¿Oye y para qué quieren el boleto?—me miró semi dormido. 
—Para saber de quien es una maleta. 
—Oye pero acá no sale ningún número, yo voy en el asiento 24 es todo lo que dice, y están pidiendo el número 8420— dijo todo enojado mientras me mostraba el boleto del pasaje. 
—Dijo el número de ticket de equipaje no el pasaje— me tragué la risa que me dio. 
—Ah ya gracias— sacó su ticket de su billetera y lo leyó —. Menos mal que no soy yo, tengo 8356. 

En el pequeño intertanto  en el que me habló el caballero encontré el ticket en el bolsillo trasero de mi pantalón todo arrugado y vi el número con temor lentamente como en las películas;  8...4...2...5, me salvé. 

Pasó el policía asiento por asiento escoltado por el auxiliar del bus y más policías apuntando con la linterna en la cara pidiendo que mostráramos el papel... hasta qué llegó al final de bus y dijo: "¡¿Nadie tiene ese número?!". Entonces se escuchó un "¡Ohhhh! 😱" generalizado del público, volvieron a comenzar el recorrido pero fue cortito desde adelante y alguien confesó tímidamente. Era una anciana, pelo blanco,  ancha y bajita que bajaron al toque a la cuca... me asusté en vano. 

"Ahora que se llevaron a la awela, tiren la maleta pa' acá", "Llevaba 200 kilos hermano", "Debe ser mate no más"... gritaba la gente al aire y todos, todos, todos se reían, hasta yo, si las tallas eran buenas y atingentes. 

Pasó el rato, el susto y todo... y luego comenzó de vuelta el viaje, ya eran las 23:30. Todos iban en silencio absoluto, ya me estaba quedando dormido y de repente se escucharon gemidos de mujer muy muy fuerte. Yo comencé a gritar como chancho de risa, a uno de las personas que iba cerca le llegó un vídeo de broma y el loco se puso tan nervioso que no lo pudo poner en silencio, se le cayó el celular y se reprodujo completo el material audiovisual,  la gente explotó en risas, y yo hasta lloré,  fue demasiado chistoso. Pronto siguió todo en completa normalidad y no pasó nada más, me puse en modo viaje, me dormí y cuando desperté ya había llegado a mi frío destino. 


Tuyo

No hay comentarios:

Publicar un comentario