lunes, 31 de julio de 2017

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D



Hace rato que quería contarte algo super estúpido, que tiene que ver con mi apariencia. Antes de ser bonito (aondeeee, sueña) usé brackets y lentes.

Mi transformación fue cómo la de Betty la fea, pero gradualmente. Ahora, no digo que  tenga una belleza extrema sólo asusto menos que cuando era chico.

El primer paso de la transformación fue usar fierros en el hocico por muchos años, es fome ser cuatro ojos y además hablar con un ceceo poco zezual.

Recuerdo el día que me sacaron las latas y el primer comentario que recibí fue de un compañero de colegio que dijo:  "Oh, tenías los dientes de caballo, yegua", mientras hacía ruido de caballo. Yo me reí no más, además que él que lo dijo era mi amigo que se creía auto, camión o algo así y hacía ruiditos raros mientras conducia un auto invisible, no me podía enojar por algo así de estupido, si a él le fallaba el coco. Y bueno es verdad  es que asumo que tengo unos dientes de conejo, extremadamente grandes 🐰.

Diez años después de tener los dientes más piropeados y envidiados del universo, fue el turno de los ojos  👀.  Me operaron una semana antes de entrar a clases en la universidad y quedé con un picor extremo, fotofobia, sin lágrimas, y lo más triste fue tener la visión borrosa. La primera semana de clases estaba solo sin ayuda, y un día en el paradero hice parar a un camión pensando que era una micro, así de ciego estaba, pero con mucha fe y esfuerzo igual logré llegar a escuchar las clase. Los síntomas fueron pasando con las semanas; se fue el picor, la fotofobia, las lágrimas llegaron, pero la vista no fue clara.

Ya a al mes y medio de la cirugía era obvio que me tenían que hacer un retoque. Fui miles de veces a pelear por mis derechos de paciente insatisfecho hasta lograr explicar científicamente que aún no tenía una buena vista. Tuve que esperar un año completo de ver borroso para volver a pasar por el trauma de sentir como te abren la córnea y sale olor a chamuscado cuando te pasan el laser, y sí es el olor de las células de uno quemándose.

Luego de la segunda cirugía, pude ver el mundo en alta definición y estaba un poco arrepentido; la gente, mi cara, los detalles, todo ahora visto mejor, era más horrible.
Pero bueno todo fue por la cochina vanidad, (uno que es medio dejaito de la mano de Dios tiene que invertir) y es un sacrificio que acepto por verme mejor. Aunque a veces me gustaría volver atrás y no tener que ver tanta fealdad (con respeto lo digo si yo estoy entero pifiao).

¿Qué me queda para ser guapo?, uno se acostumbra al camino rápido de las cirujias...Me falta cuerpo y operarme la nariz, esto último sé que trae un dolor extremo pero lo haré porque tengo la nariz chueca. Y qué pasará después; plasma rico en plaquetas que yo mismo me voy a inyectar y luego el botox, y luego las pantorrillas y al final su buen par de implantes mamarios.




Tuyo.

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