jueves, 9 de febrero de 2017

(18)

D, 


Me cae mal la gente rubia de ojos azules porque cuando era chico en la escuela había dos ñiños: uno llamado Juan Diamante pero en inglés y una niña llamada Alexandra que siempre, siempre, siempre todos losaños eran elegidos reina y rey del curso, siempre les regalaban las notas y sacaban el mejor promedio, y siempre eran elegidos para salir de los primeros en actos y bailes. La profesora era una maldita neonazi no aria y sus actos produjeron mucho daño a mi mentalidad chiquitita y a la de mis pequeños compañeritos. 

Recuerdo que también tuve una compañerita muy gordita, y a ella la misma profesora neonazi jamás la pescaba ni la elegía para los actos y menos la sacaba a hacer una mísera suma en la pizarra. En una ocasión los papás durante una reunión de apoderados reclamaron en masa por tal discriminación y en venganza al día siguiente la profesora mala sentó a mi compañerita sola en esos pupitres doble diciendo "tú eres muy ancha siéntate sola". Como desde chico me creí príncipe-héroe-quesejuntaconlosrechazados me sentaba a veces con ella para que no estuviese sola y no se sintiera mal. 

Yo también sufrí, en esa época estaba recién diagnosticado de miopía y me estaba acostumbrando a usar lentes, mi mamá iba a decirle todos los días a la profesora que me cambiara de lugar y me sentase más cerca de la pizarra. Pero como era una mujer pérfida más mala que el natre me mantenía atrás bajo la premisa de que "solo los niños que tienen futuro y personalidad  se sientan cerca del pizarrón" claro esto me lo decía a mí y no a mi madre la muy cobarde. 

Hace un par de años y por casualidad conocí a la hija de esta mala profesora. Esta chica estaba muy triste porque su madre no aceptaba ni aprobaba la relación que tenía con su novio y no entendía por qué. Yo sí lo sabía, su novio era un amigo mío; gordo, moreno y cuatro ojos. 

F.

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