martes, 10 de abril de 2018

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D




Ya pu, entonces después de tanto gritar, tener ya la guata perforá de tanta comida chatarra y habernos contagiado la influenza mortal fuimos al Magic Kingdom (Reino Mágico pa’ los poco vios) y ahí estábamos con los mocos colgando, dolor en todo el cuerpito, ojeras y por sobre todo dolor de guatita. 

Mis expectativas eran sencillas; subirme a todos los juegos posibles pese a estar al borde la autopsia, y tomarme la foto de ensueño típica delante del castillo con las orejitas de Miqui Maus. 

Intentamos recorrer todo el parque rapidito entrando a los juegos que nos llamarán más la atención.  Encontramos el “Ride Aventure Bajo el Mar de La Sirenita”, y entramos aunque había una tremenda fila (80 minutos según un cartel electrónico muy moderno y 160 según la app del mapa del lugar). Ahí para no aburrirse mientras pierdes la vida y gastas energía valiosa había unos cangrejitos mágicos dentro de unos cofres que aparecían jugando con pequeños tesoros como cucharas y perlas entre los restos de un naufragio dentro de una cueva. 

Me quedé pegado mirando, así muy muy pegado y no me di cuenta que la fila había avanzado. De repente escucho a lo lejos a la Estrogenada llamándome, la busqué con la mirada desorbitada y estaba como a 50 metros adelante, detrás de mí estaban todos esperando sin adelantarse ni reclamar con mucha paciencia  y educación que yo terminara de reírme y tomarle fotos al cangrejito. Le reclamé la Estrogenada a lo lejos gritando como en la feria mientras sentía que mi morena carita se ponía roja. Por mi culpa la fila llegaba hasta la luna, pese a todo, bacán que la gente no se enojara. Si me hubiera pasado esto mismo en alguna fila en mi país (de la forma de culebra según los gringos) me hubieran insultado, aplastado y hasta meado. 

Pasada la vergüenza nos subimos al juego de La Sirenita y la cuestión se quedó en pana varias veces durante el recorrido. Igual bacán porque aprovechamos de sacar fotos a la Ariel, Ursula y principalmente a la fiesta “Bajo el Mar” que canta el cangrejo Sebastián, es canción más movida y choriflai de las películas de las princesas (según mi humilde opinión). 

Luego nos metimos a una cuestión mega antigua llamado “I'ts a Small Wolrd”... ¡es realmente aterrador! No entiendo cómo a alguien se le ocurre poner un montón de muñecos de niños bailando al ritmo de la misma canción a cada rato, es como una pesadilla...realmente traumático. Después entramos a un recorrido de Winnie the Pooh... que era un carrito muy suavecito que contaba una historia dentro del mundo del oso amarillo, pensado y diseñado para niños pequeños, pero de todos modos me las grité todas como si fuera la montaña rusa más aterradora del infinito 😂

Llenos de magia y diversión, vagando sin decidir a que meternos, vimos una fila en el castillo de ✨Cenicienta✨. Una señora anciana (viejita onda 80 años) trabajadora del tío Walt nos dijo que era para conocer y tomarse una foto con las Princesas. Había dos filas, una a la izquierda y otra a la derecha, decidimos ir a la derecha porque estaba más vacía.

Entramos a un lugar con decoración de palacio, cortinaje señorial, candelabros, escudos heráldicos, espadas y cuadros enormes de Blanca Nieves, Tiana, Mulan y Rapunzel. 

—¿Para qué era esta fila?
—No te dijo la señora que era la fila de la foto con las princesas—dijo burlescamente la Estrogenada. 
—Ay verdá que soy tonto. 
—¿Y para qué princesa será?
—Ay no sé, lo único que espero es que sea para la dueña de casa. 

Delante de nosotros en la fila había a un godito  que andaba en cuatro... en cuatro ruedas sobre una espacie de motoneta pequeña, su cuerpo era tan ancho que cuando avanzaba el pequeño vehículo crujía (era como los gorditos que salen en WALL-E) su familia también era grandota y ancha. A diferencia de él que andaba motorizado todo Rápido y Furioso; su esposa, suegra, y su hija (pequeña y redondita de unos siete años) eran bípedas. 

Al final del pasillo, delante de toda la gente que esperaba en la fila, había algo o alguien al que todos se emocionaban al ver y tomaban fotos, pero como la familia de "Don Walo Delgado" era tan grande no nos dejaba ver que había. Ya pasados unos 10 minutos según mi reloj biológico no me quedó más que entretenerme impactandome al ver la decoración del lugar y aumentar la ansiedad y la curiosidá de saber que era lo tan chori que todos se emocionaban al mirar. 

—¿Qué es lo que habrá allá? 
—No alcanzó a mirar soy muy shiko, más encima Don Walo  está que me atropella los pies. 
—¿Por qué?
—Porque no sabe manejar el mono patín de payaso que tiene. 
—Bueno pero...¿Estará ahí la princesa? 
—No, la fila se divide en dos cámaras secretas con unas cortinas mágicas que se abren y cierran automáticamente cuando entra alguien se acerca—suspiré agitado—Pero antes de entrar hay algo más en el centro. 
—Ohhh...— agregó con cierto asombro exagerado. 
—El caballero con su carrito y su familia no me dejan mirar. 
—Acá toda la gente es así, muy grande y gordita.
—Sí, somos invisibles al lado de ellos—la fila avanzó un poco y comencé a escuchar atentamente la música ambiental que era muy genérica. 
—Son así de grandotes porque la bebida chica acá es como de un litro. 
—Y puro venden café y chatarras. 
—Y porque es más barato comer eso. 
—Y ya estoy chato del olor a café. 
—Y ya estoy cansadita de esperar. 
—Y tengo tantas ganas de comer cazuela. 
—Y yo también— nos quedamos en silencios y comenzamos a mirar con cierta envidia a los ñiñitos disfrazados que estaban a nuestro alrededor. 

Repentinamente comenzamos a avanzar muy rápido,  y la música cambió bruscamente de pronto una fanfarria que reconocí inmediatamente. 

—¡¡¡Escucha, escucha!!!
—¿Qué? 
—¿¿¿Reconoces esa música???— dije en extasiado con los ojos desorbitados. 
—Ehmmm... no.
—¿¿¿CÓMO NO???
—Ehmmm... creo que sí. 
—¡Es la música de fondo cuando le presentan las doncellas del  reino al Principe en la película! 
—¿En cual película? 
—En La Cenicienta de dibujos animados po'—la música llegó a un momento de máxima tensión—En esta parte es cuando el Principe mira por primera vez a  Cenicienta. 
—Oh sí, tienes razón. 

La marcha solemne prosiguió su dulce sonido y ese instante la fila avanzó a través de la alfombra roja, y pudimos ver lo que había al final del pasillo...Era la Zapatilla de Cristal en una vitrina, la admiré exaltado fugazmente y sólo alcancé a tomar una foto que me salió toda chueca ya que fuimos dirigidos rápidamente hacia la sala de las Princesas mientras de fondo se escuchaba los acordes lejanos del vals “So this is love”. 

Nos tocó entrar al salón mágico con la familia “Delgado” y ahí dentro  estaba iluminada y en silencio Cenicienta. Don Walo envió a la niña a hablar y tomarse la foto con la princesa y la pequeña quedó en shock, onda quedó paralizada. Ahí la niña tiesa como momia sólo movía la cabeza para responder las preguntas de la princesa. 

—Mira la niña está en shock...se emocionó. 
—Sí, está mal. 
—Se puso muy nerviosa...sheketetaaa. 
—Creo que yo también me estoy poniendo nerviosa. 
—Ahora yo también. 

Un asistente nos indicó que era nuestro turno de acercarnos a la princesa y mi corazón comenzó a agitarse, mis piernas y manos temblaban sin control y me puse a sudar de nervios, mi vista se fue negro... me estaba yendo pal patio de los callados. Nos acercamos sigilosamente con timidez y vergüenza. 

Hello, ¿how are you?—dijo a la Estrogenada en un tono suave y moviendo las manos con mucha delicadeza. 
—Ehh... fine—entre risas nerviosas.
He’s your Prince Charming?—haciendo una delicada y encantadora reverencia hacia mí. 
—No, he’s my brother. 
Oh, I'm sure you'll find your Prince Charming soon, you are a like a little princess
—Jijiji. 

En ese momento la Estrogenada y yo nos pusimos muy lerdos y perplejos. Yo estaba concentrado en admirar los ojos intensamente azules de Cenicienta. Y veía como en un sueño como la Estrogenada intentaba comunicarse sin lograr éxito por los nervios. 

Luego la princesa se dirigió a mí, me sentí avergonzado y desamparado como perro mojado. Me dijo algo de buscar la Zapatilla de Cristal que apenas entendí y de pronto agregó textual “You are a little Prince”... con eso morí. Quedé boquiabierto sin saber que decir y sin saber qué hacer. No encontraba las palabras para responder algo coherente, y tampoco le pude decir que uso su misma talla de Zapatillas de Cristal porque soy Feliciento. Luego nos tomó del gancho y posamos para la foto, intente poner mi mejor carita. Nos despedimos, y según yo nos dio su bendición mágica,  me otorgó el titulo de Principe y dijo que me fuera a vivir al Reino Mágico junto a ella, los Siete Enanitos y Bambi. 

En el mismo salón había otra princesa muy latina y feliz a la cual nos acercamos a conocer obnubilados. 

—¿Y esta princesa roja quien es? 
—Se llama Elena. 
—¿Y es comunista?
—Jajaja ¿Por qué?
—Porque su vestido es rojo. 
—Nooo na’ que ver. 

La princesa nos hizo una seña para que nos acercáramos para la foto. Pero a mí no me interesaba ella, aún a lo lejos miraba a Cenicienta. Luego de la foto y hablar brevemente con la princesa roja,  tomé de la mano a la Estrogenada, y salimos del salón directamente al aire libre. 

—¿Sentiste lo mismo que yo?—preguntó aún temblando y con las manos helás. 
—¡No lo puedo creer, no lo puedo creer!
—Me siento extraña.
—Me tiemblan muy fuerte las piernas.
—A mi también. 
—Siento ganas de llorar—suspiré profundo—Estamos grandotes y sabemos que es una persona disfrazada. 
—Es que es mágico. 
—Sí porque estamos a miles de kilómetros de casa y pasamos por un montón de cosas para llegar a estar acá. 
—Sí, porque (8) soñar es desear la dicha, pensando que pueda llegar...no importa cuan difícil sea en tanto tú lo creas será realidad tu sooooñaaaar (8). 


....And they lived happily ever after(mentira) 





Feliciento. 





* Esta es la música del momento mágico https://www.youtube.com/watch?v=u5asfVCJ8Lk&pbjreload=10
** Perdón por el exceso de esterillitas. 


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